lunes, 16 de junio de 2008

Crónicas desde Santa Ffffffffffffffffiasco!!!

Ps total que el día de ayer, mi hermana y yo decidimos no entrar siquiera a la cocina. Decidimos ir a desayuanar a un restaurant ecológico al sur del Defe, y como ps ya era tarde ya había terminado el medio maratón del Día-del-padre. Total, que nos enfilamos hasta el eco-sitio en cuestión y ps ya ahi, con un jugo de ciruela y un yogurt con fruta pensaba que el día pasaría sin mayores conflictos-broncas-emociones.

Total, que mientras yo terminaba de pasar la agenda de mi antigüo telefono al nuevo -que por fin Carlos Slim autorizó que me cambiaran-, mi hermana sufrió un espasmo. Éste no era causado por la toronja rosada que pidió como desayuno... ni por los waffles de harina integral con miel de maple orgánica importada desde el meritito Canada del oso yogui. No, que va, era porque Saks -la tienda, no el restaurante que también es organico... como el restaurante en el que desayunabamos, no la tienda- comenzaba su temporada de rebajas.

Apenas pagué -450 varotes por un pinche desayuno que en cualquier mercado sobre ruedas me hubiera costado 100 pesos (aunque sin la miel de importation que a mí me supo a la de la Aunt Jemima)- agarramos periférico para terminar de acabar con mi tarjeta de credito Citibank.

Hacía un chingo que no iba yo por esos lares, cuando recordé que una amiga me dijo que, por los "puentes", llegar a Santa Fé era más fácil que ver una película repetida en canal 4.

Total, que no sé dónde me perdí -o si ya llevo mucho tiempo perdido- pero terminamos en una zona que parecía sacada de la pelicula Snatch. Y eso que no estabamos en Tijuana. -my sister dixit-

Era como una dimensión desconocida... Esmás, era... otra galaxia. Lo juro, ea la galaxia Santa Lucía. Una galaxia con más esteticas unisex y pastelerías que ninguna otra en el universo. Además de haber un sólo carril, el cual es entorpecido por los microbuses que levantan y dejan pasaje donde a éstos se les antoja.

Total, después de más de media hora de conducir por ese sitio, mi hermana tuvo a bien en divisar a lo lejos algo que ya se parecía mas a... Santa Fé. (Sus palabras textuales fueron: ¡Ay, mira, allá se ve algo más así, tipo Santa Fé!)

Me hubiese gustado sacar fotos de tan insólito lugar... Pero tenía miedo de sacar mi teléfono con cámara y que éste me fuera arrebatado por algún lugareño y eso, sin todavía, acabar de pagarlo.

Total que llegamos a la dichosa tienda y ps nada. Ni lo chido de las de los Eeeeeewwwwnaited, ni mucho menos los precios. Apenas ví un par de cosillas suceptibles de ser adquiridas por el que escribe, pero nada que realmente valiera la pena.

Salí de ahí decepcionado y pues a recorrer todo el Centro Comercial, donde finalmente adquirí dos camisetas, una camisa y un par de tenis -Sí, otro- pero que no me sirven para correr.

De vuelta a casa, pensé que hasta a las tiendas de acá, les falta mucho para ser como las de allá. No importando que se llamen igual.

viernes, 13 de junio de 2008

lunes, 9 de junio de 2008

Como Nicolas Cage en Leaving Las Vegas

Hace un par de años, mientras estudiaba mi carrera en el Tec, decidí irme de intercambio por un año. Finalmente, estuve en España poco más de 12 meses que, definitivamente, cambiaron mi vida.

Ahí conocí a muchos de mis mejores amigos, probé cosas nuevas y estuve en contacto con sentimientos nunca antes experimentados. Pero eso será materia de otro post.

El chiste es que me fui de México en Junio, pero no directamente hacia España, sino a Miami. Estuve ahí por cerca de dos semanas -tenía planeado ir a New York, Vegas y L.A.- pero un anuncio en una de las poquísimas agencias de viajes que entonces había por allá -ahora, seguro ya no queda ninguna- me hizo embarcarme hacia la capital ibérica mucho antes de lo que tenía planeado.

Tome mi vuelo -first class en Iberia-, y llegué a Madrí -españolitos dixit- once horas después. Ahí me dí cuenta que había tomado una decisión errónea -entonces me lo pareció-, era pleno verano, todo estaba carísimo y no encontraba dónde vivir, y el hostal donde me quedaba en la calle de Fuencarral -olvidé el nombre del hostal, pero seguro que si vuelvo, puedo encontrarlo fácilmente- no me terminaba de convencer, aunque estaba apenas a unos pasos de Gran Vía y de la Fundación Telefónica.

Durante cerca de dos semanas hice lo que todo turista hace: ir a museos, antros, museos, restaurantes, museos, cine, museos, tiendas, museos... Hasta que llegaron las rebajas de verano.

Para entonces ya vivvía enVallecas, un barrio popular de obreros, principalmente, pero con un encanto especial. Vivía con Inma, una simpatiquísima mujer con un gran sobrepeso que me sobreprotegía. Apenas llegaba del "curro"-trabajaba en una agencia de viajes, sí de esas tan escasas en Miami-, me preguntaba cómo me había ido en el día y lo que tenía que ver al día siguiente. Todo, después de ver la telenovela mexicana "Cuando seas mía", que entonces se transmitía.

Total, que para entonces yo iba diariamente al Corte Inglés, Zara, Springfield, Adolfo Dominguez, Cortefiel, Benetton y otras tiendas a comprar algo. Sí, todos los días compraba al menos una camiseta o un par de calcetines, era lo único que aliviaba mi soledad.

Recorrí las tiendas de la Gran Vía, Princesa, Sol, Callao y Serrano -ahi sólo iba a ver- hasta que un día, entré como asiduamente lo hacía a Springfield de Princesa. Mientras me probaba un par de jeans o una camisa, escuche una canción que me pareció por demás nostálgica.

No era el tipo de música que me encantara, pero hacia referencia a una de mis pelis favoritas y a uno de mis discos más significativos -Leaving Las Vegas y Marquee Moon- total, que estuve a punto de llorar. Sí, ahi dentro del probador entre gente que esperaba, zapatos y chamarras de cuero, yo trataba de contenerme.

Salí de ahí sin comprar nada, y poco tiempo después me enteré del nombre del disco, y del grupo que cantaba la dichosa canción.

Entonces, iba al Corte Ingles de Sol -al departamento de discos- y a la FNAC -al tercer piso- a escuchar una y otra vez la misma canción. Seguramente el disco terminó en muy mal estado gracias a mí, pero por entonces todavía no compraba piratería.

Tiempo después deje a Inma. Me fuí a vivir con un mexicano que ahora, se ha convertido en uno de mis más queridos y entrañables amigos. Él, recibió a una amiga que me llamaba "Nicolas Cage", y todo por la canción que escuchaba siempre tan fuerte, que aún con audífonos, el resto de la gente podía escuchar.

Hoy, he vuelto a escuchar esa misma canción después de muchísimo tiempo, y no puedo más que sentir nostalgia por esos días, por esos amigos, por esas caminatas que me destrozaron los pies, por los spaghettis de los chinos, por las porras con chocolate, por el metrobús -nada que vero con el de acá-, por la Nebri. Y me sentí, muy, muy afortunado. Como diría Brian Adamas... "The best days of my life"

Será la lluvia, serán las luces de esta habitación, será... el poder de una canción.

miércoles, 4 de junio de 2008

Post nocturno o el amor en los tiempos de la enchilada verde

El día de hoy, aprovechando que uno de mis grandes amigos salía temprano de la chamba -que para ir a firmar unos papeles a su Universidad de no-sé-que-cosa- quedamos para ir a tomar un cafe y saber que había pasado con su amiga después de un fin de semana de confusión.

Total que yo tenía que hacer unas aportaciones enun chat para mis posibles nuevos empleadores, que estan fascinados con eso del teletrabajo y las nuevas tecnologías de comunicación e información... ufffff.

Mientras esperaba que dieran las 9:30 hora acordada para la cita electrónica, platicaba con mi amigo me percaté de una linda parejita de novios que llegaron a sentarse justo detrás de mí, lo que me permitió escuchar gran parte de su conversación -eso sí, con la pura intención de un estudioso del human behaviour dirían los gringows-

Locación: Interior de un café en Coapa

Personajes:
Él - Hombre de 22 a 25 años, moreno, con jeans y camisita A&F, tenis y cinturón blancos. Bebe una Coca-Cola y una baguette de jamón con queso -escuché cuando la pidió al mesero-
Ella - Mujer de 20 a 25 años, bolsa de diseñador, zapatito sin tacón, pantalon claro, blusa ídem y suéter sobre los hombros. Ah, se me olvidaba, bandita con moñito en el cabello. Ella bebe Coca-Light y Enchiladas suiza. Se encuentran sentados uno frente al otro.

Corte a:
Él con su celular revisando mensajitos; ella, con una jeta más larga que la carretera vieja a Acapulco.

No hablan más que para pedir sal/servilletas/rajas de jalapeño.

Él se termina su baguette y se va al baño. Ella revisa el celular de su novio y pone cara de Linda Blair en el exorcista.

Corte a:
El llega y le pregunta si le gustaron las enchiladas. Ella apenas ha probado bocado. El coge la silla, la pone junto a ella y se sienta. Ella tiene la cara más verde que la salsa de las enchiladas.

Corte a:
Miro el reloj y me doy cuenta que es hora de conectarme saco mi máquina y que si el login y el pasgüor y bienvenido y no-se-que.

Corte a:
Él le rebana la enchilada y le sopla -la enchilada suiza que pidio para comer...-, pues aún esta caliente y le da a su noviecita santa -no sé por qué me dió la impresión de que ella es de las que van todos los domingos a misa y se sabe las canciones desde las clases de catecismo- de comer.

Ella gira un poco la cabeza -se hace del rogar, ajá-, y acepta casi obligada, pues no quiere manchar su impoluto suéter. Su rictus se va relajando.

Corte a:
En las aproximaciones descritas anteriormente aparece en forma clara la idea del estudio independiente, del autodidactismo, lo que supone un alto grado de interés y compromiso del que usa esta modalidad. La responsabilidad del aprendizaje recae en el alumno, que debe planificar y organizar su tiempo para responder a las exigencias del curso que sigue. También debe desarrollar la voluntad, puesto que son muchos los estímulos del ambiente que atentan en contra del estudio sistemático.
Otro aspecto destacado, es el uso de medios múltiples para el logro de los objetivos propuestos. Junto al material escrito, también se hace entrega de mensajes instruccionales y educativos por radio, por televisión, por audiocassettes, por videocassettes, por software y aulas virtuales a traves de Internet. Todos estos medios no excluyen al docente que adquiere una nueva dimensión en su trabajo profesional.
En el proceso de aprendizaje a distancia, definido en el punto anterior , se pueden señalar todavía otras características que permiten perfilar mejor este tipo de instrucción.
Es la respuesta a muchas interrogantes que surgen frente al hecho social de la educación. Ante la continua preocupación por la necesidad y derecho de una educación permanente, la educación a distancia es una alternativa válida, ya que facilita estrategias de educación permanente. Normalmente la población que atiende son adultos que quieren iniciar o continuar estudios, o graduados que busquan su renovación o mejoramiento, sin sacarlos de su contexto laboral, social y familiar. Esto último, permite superar la clásica barrera entre la escuela y la vida, puesto que el estudiante no es separado de su medio. Además, dada la amplia cobertura social que puede alcanzar, hace más real la igualdad de oportunidades, por lo que se transforma en una respuesta a la demanda democrática de educación


Corte a:
Los dos enamorados, estan hombro con hombro, comparten un pie -pay- de queso con fresa y se ríen y se mandan miraditas picarescas. Jojojojojojo. Beso de piquito.

Corte a:
Desde el punto de vista de los procesos curriculares, acredita la experiencia adquirida y los conocimientos previos del estudiante, permitiendo un aprendizaje realmente significativo. El aporte de las teorías constructivistas encuentra en la educación a distancia un excelente campo de aplicación. Este es un tipo de educación académicamente exigente, especialmente por las características que los usuarios deben desarrollar como pre-requisitos: capacidades de lectura comprensiva, de identificación y solución de problemas, de análisis y de crítica, habilidad para investigar y comunicar adecuadamente los resultados. A pesar de que el estudio es individual, no se descarta el trabajo en pequeños grupos, aun más, es recomendado.
Desde la perspectiva del docente, la educación a distancia no prescinde de éste. Tampoco deja de lado la relación profesor-alumno, sólo cambia la modalidad y la frecuencia. De la función de enseñante, el docente pasa a ser un facilitador del aprendizaje, un creador de situaciones con medios innovadores que permitan al alumno lograr los cambios de conducta y el desarrollo de habilidades necesarias.
La calidad del diseño instruccional y de los recursos empleados son fundamentales para el logro de la excelencia de los aprendizajes. La evaluación formativa, el aprendizaje significativo y para el dominio, la instrucción individualizada, el adecuado uso de medios nuevos en la presentación de la información y el desarrollo de destrezas individuales son conceptos medulares de la Tecnología Educativa que en la Educación a Distancia adquieren una gran relevancia.
Consecuentemente con lo anterior, los aportes de la Sicología del Aprendizaje son fundamentales al momento de la planificación y realización de situaciones instruccionales y formativas a distancia. Los acuerdos existentes en torno al logro de los aprendizajes, encuentran en la modalidad que estamos comentando una adecuada respuesta. A pesar de las divergencias entre las distintas teorías, existen claras zonas de acuerdo, entre las que se destacan las siguientes:
-Papel activo del alumno.
-Respeto a las diferencias individuales.
-Motivación.
-Uso flexible del tiempo.
-Profesor facilitador.
-Uso de conocimientos y habilidades adquiridas.
-Evaluación formativa.
Los especialistas en el tema del desarrollo de experiencias de aprendizajes no presenciales, han elaborado una serie de principios que son coincidentes con los aspectos señalados anteriormente.


Corte a:
Ella va al baño, él la mira y le envía un beso espera a que desaparezca mientras toma su celular y marca con cierto apuro. Le contestan y él responde "¿Cómo estás mi amor?"

¿Apoco no parece como anuncio para Sanborn´s?

Porque la verdad no admite sustitutos

Pues resulta ser que mi nuevo telefono nokia express music -así, con minúsculas- chafeó. Sí, nomás intente pasarle algunas rolas recontrachingonas de las que tengo en mi supermaquinita de confianza y se jodió.

Total, que como el Sony que tenía anteriormente ya anda en las últimas, decidí hacer válida la garantía que me da Telcel y me dirigí al centro de atención donde compré el citado aparato, el cual se encuentra en una plaza al sur de la ciudad.

Una vez ahí, decidí pagar de una buena vez el saldo de mi tarjeta "totalmente endeudada" y evitarme la pena de terminar boletinado en el buró de crédito -El purgatorio de los jodidos-.

Pagué,y para pasar el trago amargo que se presenta cuando tengo que entregar la lana por artículos que ni siquiera he usado -3 camisetas nuevas- decidí subir al departamento de dulcería, donde también se encuentran, los vinos, licores y demás bebidas espirituosas por donde se les vea.

Ahí, compre brownies y galletas de almendra y cuando me dirigía a la salida, me la encontre.

El epítome de la maldad en persona: Alta, alrededor de 1.75 con tacones de aguja apenas dignos de un equilibrista; un par de ojos verdes, enigmáticos al tiempo que profundos; labios por demás rosados e incitantes -¡que se joda Angelina!-; y toda ella, enfundada en un traje negro de una sola pieza, que nomás no entiendo como pudo entrar en él, pues se iba desde los hombros hasta los tobillos, pegándose a su anatomía como si se le fuera la vida en ello.

Noté que me veía y se me acercó, con un andar felino. Sostenía una bandeja con unas copas de plástico en cuyo interior se alojaba un líquido dorado y espumoso. La acercó hacia mí -la bandeja- y, cual Eva le ofrece a Adán el fruto prohibido, me dijo con una voz seductora y atrayente: - "¿Quieres probar? Se ve que te gusta" Dijo.

Ouch! En ese instante, todo el momento se vino abajo... Parecía que me acababa de ofrecer la cicuta que Anito y Melito le hicieron beber a Sócrates según Platón. La muy culera quiso insinuar que tenia cara de borracho... ¿Por qué tenía que decir esa frase final? Si todo iba como anuncio de tienda elegante de artículos electrónicos.

"Se ve que te gusta" Y pues yo, sinpoder decir siquiera: - "No, no bebo, gracias" Si ella ya había visto en mí, a un pobre alcoholico veinteañero que no puede disimular su "lujuria por las bebidas adictivas". Y es que no tiene nada de malo tomarse de vez encuando unos tequilas, o unos coctelitos, o unos güisquises, o unos martinis -de los de verdad, de gin y vermouth, nada de mariconadas de vodka y frutitas-. Pero de ahí a que te digan: "Oye, tu, evítate el sindrome de abstinencia y ven por tu ración del día. Esta nomás es para probar, pero puedes comprarte tu botellita" es muuuuuuuuuy diferente.

Total, no acepté la copa y le dí una mordida grande al brownie, y, hasta éste me supo más amargo que el momento que paso cuando tengo que pagar el saldo de mi tarjeta... A ese lugar, no pienso volver nunca más. He dicho