viernes, 5 de septiembre de 2008

De men-tiritas a men-tirotas

"Mentimos por placer y fantasía, sí, como todos los pueblos imaginativos, pero también para ocultarnos y ponernos al abrigo de intrusos. La mentira posee una importancia decisiva en nuestra vida cotidiana, en la política, en el amor, la amistad. Con ella no pretendemos nada más engañar a los demás, sino a nosotros mismos. De ahí su fertilidad y lo que distingue a nuestras mentiras de las groseras invenciones de otros pueblos. La mentira es un juego trágico, en el que arriesgamos parte de nuestro ser. Por eso es estéril su denuncia... Nuestras mentiras reflejan, simultáneamente, nuestras carencias y nuestros apetitos, lo que no somos y lo que deseamos ser"
(Octavio Paz. El Laberinto de la Soledad)


O.K. Ya lo dijo Octvio Paz. Entonces, no hay mucho más que decir al respecto, o sí es posible decirlo pero entonces estaría redundando en ello -las mentiras-. Los seres humanos mentimos, pero no todos mentimos por las mismas razones. Entonces, las mentiras no siempre son malas, o quizás sí sean malas, pero como quizá sea malo no dejar propina al mesero que llegó con la sopa fría o como tener sexo antes de casarse. Es decir, que es re-la-ti-vo.

La intencionalidad de la mentira es lo que realmente cuenta al engañar a alguien. ¿Que contestar cuando el típico amigo plasta te pregunta por qué no lo invitaste a la fiesta? ¿O qué decirle al ligue cuando te preguntan si se van a volver a ver y a tí te produce tanto repele como el agua al aceite?
En fin, la sociedad nos enseña a mentir bajo el pretexto de no querer "hacer daño a los demás" hacer querer daño intencional a los demás diría yo.
Pero entonces, lo que quiero decir es que existen distintas clases de mentiras las principales son:
Mentiras piadosas:
Mentiras vitales
Mentiras compulsivas
Mentiras dolosas
Mentiras snob
Mentirosos famosos: